lunes, 25 de octubre de 2010

La Pena De Muerte

La pena de muerte en Colombia

Sin mucho aspaviento, el pasado 13 de septiembre el presidente Santos sancionó la Ley 1410 de 2010, por medio de la cual se aprueba el "Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos Relativo a la Abolición de la Pena de Muerte", adoptado en Asunción, Paraguay, el 8 de junio de 1990, por la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, OEA.

En el citado protocolo se reconoce el derecho a la vida como un derecho inalienable, sin que pueda ser suspendido por ninguna causa y se restringe la aplicación de la pena de muerte. Además se señala que la aplicación de ésta produce consecuencias irreparables que impiden subsanar el error judicial y elimina toda posibilidad de enmienda y rehabilitación del procesado.
La pena capital como castigo se remonta prácticamente a los principios mismos de la humanidad y los registros de la historia escrita indican que siempre ha sido parte de los sistemas judiciales de todas las épocas.

La pena de muerte, pena capital o ejecución, se entiende como la muerte provocada a un condenado por parte del Estado, como una medida ejemplarizante a quien contravenga una norma establecida en la legislación. Para Franz Von Lizt, "es el mal que el juez inflige al delincuente a causa de un delito, para expresar la reprobación social respecto al actor y al autor".

En nuestro país la pena de muerte, que tuvo cumplida aplicación desde la época precolombina y durante la dominación española, continuó después de la independencia, ya que todas las constituciones del siglo XIX, con excepción de la de 1863, desconocieron la protección de la vida como un derecho fundamental; y aunque siempre ha sido materia de discusión ideológica entre liberales y conservadores, sólo en 1849 fue abolida para los delitos políticos de sedición, rebelión, traición y conspiración y, mediante el acto legislativo número 3 de 1910, abolida de manera definitiva.
En diversos períodos se ha tratado de revivirla, pero personajes como Antonio José Restrepo, Manuel Murillo Toro, los hermanos Samper, entre otros, se opusieron de manera férrea considerándola como la forma más infame y retrógrada del Estado para sancionar a los delincuentes. 
En los últimos años, ante la crueldad de nuestra guerra y los delitos atroces cometidos contra nuestros niños, se ha puesto en consideración la posibilidad de reactivar la pena capital, originando un debate entre quienes la defienden como mecanismo persuasivo para los que delinquen y los que piensan que es una medida anacrónica, un acto cruel, irracional e inútil que no resuelve nada, ya que es paradójico defender la vida matando al homicida.
En Colombia se vive en inseguridad jurídica, ya que la Rama Jurisdiccional está totalmente anquilosada, no cuenta con suficientes recursos humanos, ni presupuestales, científicos, técnicos y tecnológicos para aplicar una oportuna y eficaz justicia, por lo que concedérsele la facultad de imponer la pena de muerte se constituiría en un peligro, pues en la práctica solo observamos injusticias, desconocimiento e incomprensión a las normas vigentes, aunado a desidia y casos de corrupción de algunos miembros de la Rama Judicial; por lo que es prioritaria una profunda reestructuración que dignifique y fortalezca el sistema judicial y lo levante del estado de postración en que se encuentra.
En algunos países del mundo persiste la aplicación de la pena de muerte; no obstante, cada día arrecia la lucha para que esta medida sea abolida, gracias al trabajo persistente de organizaciones de derechos humanos y de grupos multilaterales que la consideran violatoria de los derechos humanos por los errores judiciales, porque no resuelve el problema del crimen y por haberse utilizado para silenciar definitivamente a opositores de gobiernos. 
En buena hora el Estado colombiano se ha acogido al protocolo para respetar la vida y proscribir la pena capital, ya que lo que verdaderamente se necesita en nuestro medio es el fortalecimiento de las instituciones, el trabajar intensamente en la prevención del delito, establecer penas ejemplarizantes, reducir al mínimo los subrogados penales y beneficios y propender por la resocialización del delincuente.

CIFRAS SOBRE LA PENA DE MUERTE 

Amnistía Internacional lleva más de 30 años observando los acontecimientos relacionados con el uso de la pena de muerte y haciendo campaña por su abolición.

En 1977, sólo 16 países habían abolido la pena de muerte para todos los delitos. En diciembre de 2009, esa cifra asciende ya a 95, y más de dos tercios de los países del mundo han abolido la pena capital en la ley o en la práctica.
De los 58 países retencionistas, sólo 18 han llevado a cabo ejecuciones en 2009.


No a la pena de muerte injusta
yo opino que la pena de muerte debería de ser utilizada contra asesinos, violadores, terroristas, siempre y cuando estos delitos sean crímenes lesa humanidad... gente que por matar, segun mi opinión, no tiene derecho a vivir; pero por los malos gobernantes que tenemos a diario mueren muchas personas incocentes injustamente. 

y la carcel si elimina la criminalidad y la violencia? sabes que se vive en las carceles?, cuando una pesona comete un crimen "ligero" robo, fraude, etc. y es encarcelada se vuelve mas violenta por el tipo de ambiente que se vive, ahora imaginate a un asesino... le quitas lo violento metiendolo en la cárcel?


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Durante siglos, la justicia no  fue más que terror, organizada por las clases poseedoras de la tierra.
Robarle a un rico siempre ha sido mayor crimen que matar a un pobre.
La historia ha demostrado que las clases obreras son las mas afectadas con las injusticias sociales.
Todos los crímenes a través de la historia han tenido que ver con la religión, por ello la riqueza de la iglesia esta dada en el atropello a las clases menos favorecidas.




Como afecta a la sociedad:
Especialistas señalaron que la medida embrutece a la sociedad y fomenta el uso de la violencia y criticaron el rol del Estado.
Hoy en día, es preocupante que en medio de tanta convulsión social y ante la carencia de solución a los problemas sociales que afectan a nuestra sociedad, se toque el tema de la pena de muerte como un asunto trascendental. Hay muchos temas pendientes que necesitan ser atendidos, como por ejemplo, el cumplimiento de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Una de ellas es la compensación de parte del estado a miles de familias víctimas de la violencia y del terror. La muerte se signó en ellas en forma despiadada. Sin embargo, aún sigue ignorada. Ahora, se propone más muerte entre nuestra sociedad que todavía no ha cerrado sus heridas.
Sin embargo, son demasiados los gobiernos que todavía creen que pueden resolver acuciantes problemas sociales y políticos ejecutando a unos cuantos presos o incluso a cientos de ellos. Muchas personas de todo el mundo siguen sin ser conscientes de que la pena de muerte no ofrece a la sociedad mayor protección, sino mayor embrutecimiento.
La pena capital también es discriminatoria y a menudo se aplica de forma desproporcionada contra personas pobres, desfavorecidas o marginadas, así como contra ciudadanos y ciudadanas a quienes los gobiernos represivos quieren eliminar.




Posibles soluciones:

“La sociedad no permite que la pena de muerte se lleve a cabo por los principios éticos y morales”


La pena de muerte, ha demostrado que sí se da a   los asesinos y delincuentes ya no cometerán asesinatos y delitos graves. la muerte es una compañera, un descanso, un fin, nunca un castigo, nunca algo a lo que le tememos, hemos visto a hombres y mujeres que ante un arma se crecen y se arrojan sobre el agresor, sin el menor temor a la muerte.
A los delincuentes de conductas ilícitas que manchan la libertad humana, la sana convivencia y tienen un golpe irremediable y doloroso, debiera de castigárseles con la pena de muerte ya que no se puede resarcir (devolver) lo hecho a la sociedad y a la familia de la victima, y es por eso que se les debe de aplicar la pena capital, aunque pienso también que se debería cambiar la pena de muerte por unas acciones que conlleven a la restitución de los daños y perjuicios causados.




Conclusiones:




En Colombia la pena de muerte, nunca se ha dejado de aplicar; como el


sistema politico oficial, la ha "rechazado"individuos del mismo sistema o de los grupos opuestos a el, la han venido practicando a diario. Dolorosamente no existe una sola cuadra del territorio urbano; y tambien particularmente en nuestros campos, que no haya sido regada por la sangre de seres humanos asesinados extrajudicialmente, pero en cumplimiento de penas de muerte dictadas por individuos o grupos con intereses particulares. La hipocresia es la reina de las sociedades que se autodenominan civilizadas.
la pena de muerte en Colombia: se despierta el debate cuando suceden  hechos sangrientos e injustos pero nadie va más allá.


Se supone que el estado social de derecho tiene como funcion la defensa de la persona y el respeto de su dignidad por tanto,los medios de protección de los derechos de las personas y las formas de restricción y castigo a su violación, debe sujetarse a los principios y que mejor correspondan con la Constitución, que permitan evidenciar la efectividad de dichas medidas, con perspectiva social, lo mas importante es que esta práctica, responda a criterios de necesidad, validez y corrección.



1 comentario:

  1. Excelente información, sólo fallaron un poco en la ortografía.
    Gracias

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